Foto tomada de Internet |
No me adapto a que diciembre sea uno de los meses más calurosos del año, algo así como el julio del hemisferio norte, debe ser por eso que una vez me pareció algo ridículo ver a un Santa Claus o Papá Noel con todos sus atavíos invernales invadiendo esta cultura. Los niños querían fotografiarse junto al bondadoso personaje que entre exclamaciones, gritos y llantos terminó desmayándose por el intenso calor cruceño de casi 40ºc, al que habían agregado un sinfín de bombillos incandescentes, en el parque de la Cooperativa Rural de Electricidad donde anualmente se realizan festividades por la Navidad, y he ahí mi asincronía. Para ese festejo, aunque apenas lo conocí antes de llegar aquí, estaba muy ligado a la nieve o al menos al frío. Más el sur también existe o tal vez es el norte si lo vemos desde esta antípoda posición, todo está desde dónde se vea, aunque el asunto de la calurosa Navidad poco a poco lo he ido asimilando.
Afortunadamente la mayoría de las personas de aquí más que reprobarlo opinan que es una cosa que nada tiene que ver con sus costumbres y a pesar del "empuje" de los medios y la publicidad comercial, no se lo toman en serio. No siempre faltan algunos trasnochados o tal vez confundidos que festejan como si fuera algo muy arraigado, de mucha clase, queriéndolo imponer a los demás y por supuesto contando con el apoyo de ciertos mercaderes que no escatiman en vender calabazas huecas para aumentar sus arcas.
Me parece excelente que alguién se atreva a hablar de estas cosas que nos invaden a diario y la pereza o el desconocimiento nos llevan a dejar pasar. El otro día me contaron que un periodista escribió un articulo donde decía que había que hablar como camba matando la posibilidad de que la lengua se enriquezca. Me gustaría que los que piensan de esa forma tuvieran concienca de lo que acabas de escribir.Tu amigo Jose Ramón
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