jueves, 30 de mayo de 2013

Un café ejemplar

Foto de Bruno
Es como un ejercicio, una tarea que le indico a mis estudiantes de Fotografía. Les digo que imaginen que están en su casa, o acaban de llegar, son las 12 y 37 de la madrugada, están solos o solas. Deciden hacer un café, por rutina quizás, o porque así lo desean, el caso es que lo hacen, lo sirven en una taza y lo prueban...es en ese momento cuando caen en cuenta que le ha quedado tan bien, tan único, ejemplar, y no hay con quien compartirlo. Es posible que sientan frustración, egoísmo, no sé,  les dé por escribir sobre ello o simplemente tomar alguna fotos de ese café, tal vez las dos cosas.


12:37 a.m.

No sé quién a esta hora
se está perdiendo un café ejemplar
se está perdiendo que le haga un poema
mitad luna y yo la otra mitad.
No sé quién a esta hora
se está perdiendo mi alegría
mi ventana cargada de grillos
mi árbol con hojas-violines
mi deseo de volar.
No sé quién  a esta hora
se está perdiendo mi amar
mi amar en los aires, en los tejados
mi amar en la cocina, mi amar sin igual.
No sé quién a esta  hora
( ni me la puedo imaginar)
se está perdiendo tantas cosas
que si un día la encuentro
no se le voy a contar.

Foto de Israel

Foto de Samuel
Foto de Marcelo
Foto de Milena
Foto de Milena
Foto de Yuria




jueves, 16 de mayo de 2013

Más atrás de los micrófonos (final)


Armando Zaldivar. Foto del autor

 Continuación y final de la conversación sostenida con el artísta de la radio cubana, Armando Zaldivar

OLS: Yo soy de los que pienso que en la radio actual no hay que tener una buena voz para comunicarse, eso sí hablar bien y te pongo el ejemplo de Camilo Egaña quien en la radio cubana tuvo que ver mucho en eso, también Aldo Ramírez Calderón, eterno locutor de Cadena Habana quien tenía una voz como algunos decían “antiradial” pero llegaba al público.
AZ: Si, además de Camilo había un locutor que era hombre-radio, que hacía de todo en Radio Progreso, trabajaban él y su hijo y se fueron a vivir a otro país, en realidad no me acuerdo de su nombre pero él era ese comunicador, tenía excelente voz que sabía colocarla, tenía técnica radial, comunicaba de verdad, porque lo que hacía era conversar con el micrófono como si tuviera una persona delante, no gritaba, no chillaba, no hacía esas cosas que hoy están muy de moda.

OLS: …en el mundo.
AZ: Si en el mundo y que al final eso no es comunicar, comunicar es llegar a la gente, enseñarles, llevarle tu mensaje, pero que le lleve bien, no que le llegue distorsionado, mal dicho. Hoy para decir cualquier cosa lo hacen con palabras de la calle, chabacano para tratar de comunica, para tratar de estar más cerca o ser igual, pero así no enseñamos a la gente.

OLS: En tu profesión ¿qué nostalgias tienes?
AZ: Muchísimas, sobre todo de forma de trabajar, de formas de organizar, de programas que ya no salen al aire y de compañeros, de compañeros unos que se han ido de Cuba, otros que han muerto, otros que han dejado la profesión, porque realmente la profesión económicamente no da y se tienen que buscar la vida de otra forma, yo no he dejado la profesión, pero te confieso que he estado a punto de hacerlo, no la he dejado porque sencillamente me es difícil, me es muy duro dejarla. Pero muchos se han ido, el turismo ha arrastrado mucha gente. Muchos se han ido a animar espectáculos, otros que tienen como yo trabajar en sonido, se han ido con orquestas, en cabarets, en centros nocturnos donde la remuneración es mucho mayor, porque en la radio no es buena y los que nos quedamos lo hacemos por vocación.



OLS: Tú que has transitado desde la cinta magnetofónica a la computadora, dime ¿cómo vez la calidad desde el punto de vista tecnológico?
AZ: Decir que la calidad ha disminuido es negar la ciencia, es negar lo nuevo, por ejemplo, los discos de pasta tenían mucha calidad, pero la calidad estaba dada por el hombre, el hombre es el máximo responsable de la calidad, pero hoy está dada sobre todo por el equipo y hay quienes le dejan todo al equipo, aunque antes el hombre tenía más conocimiento de lo que hacía y hasta más amor propio. Hoy estamos muy cómodos pero muy deshumanizados, le dejamos todo a la tecnología, al equipo que si no tiene un hombre quien lo dirija no trabaja bien, si no le das la información exacta la que requiere no lo hace bien y eso es lo que sucede. Hoy transmitimos en FM, transmitimos estéreo, en veinte formatos pero al final la calidad no está dada por eso solo, está dada por muchas otras cosas, la radio es una cadena desde que se escribe un libreto hasta que salga al aire y la calidad tiene que venir de nosotros, los artistas del sonido que damos formas a lo que concibió un escritor, y si la forma, el acabado no está bien, no sale bueno el programa al destinatario.

OLS: El efectista de sonido, ese que hacía el trote de los caballos, cuando se abre una puerta, ese mago diría yo, ¿sigue existiendo en la radio?
AZ: Sigue existiendo, independientemente que hoy digitalmente esos efectos se pueden fabricar…pero no es lo mismo.

OLS: Claro que no es lo mismo, porque por ejemplo si el caballo aminora la marcha, el efectista puede hacer que eso parezca, pero la computadora no lo puede hacer exactamente.
AZ: La computadora la deforma, por lo tanto el hombre sigue siendo el ente principal a la hora de un programa dramatizado, es como la musicalización, el grabador puede musicalizar porque yo lo hago, pero si tienes un musicalizador capacitado es mucho mejor, pasa lo mismo que con el efecto, ese efecto acústico fabricado in sltu es más real, se le pone más corazón y sale más natural.

OLS: De verdad que había que tener amor a su profesión  en plena época del llamado Periodo Especial en los años noventa para ir de Guanabo a Marianao, recorriendo casi toda la provincia apenas sin transporte púbico, para ir a trabajar.
AZ: Imagínate que yo me levantaba en Guanabo a las cuatro de la madrugada para “guapear una guagua”, una no, la primera porque tenía que coger dos hasta Marianao y después terminar allá cuando pudiera ya que en esa época no había horario en las emisoras, tú entrabas pero no sabías cuando salías, de todas formas hacíamos las cosas con tanto amor que si terminábamos de trabajar en cabina y nos mandaban para edición allí íbamos, de ahí te ibas al informativo, después a grabación y así, o te decían dale para el carro de control remoto y te mandaban para Bejucal, adonde fuera. Pero me las arreglaba, cuando uno hace las cosas porque le gusta lo hace.

OLS: Te confieso que aquella vez que te pusiste bravo en el laboratorio de metrología y le hablé a Tirso para que te  pusiera a trabajar a Cadena Habana, pensé que solo ibas a estar un tiempo y buscar otro trabajo, que aquello no era lo tuyo, pero por suerte me equivoqué.
AZ: Te debo a ti y a Tirso, tu tío el estar hoy aquí, el estar hoy en la radio, ustedes me abrieron el camino y yo lo caminé, he llegado hasta aquí, treinta y cuatro años creo que tengo en esto ya.


OLS: Aun así con todos estos problemas de diferentes tipos, dificultades económicas etc., si tuvieras ahora veinte años ¿a qué te dedicarías?
AZ: A la radio, sin pensarlo, así como te lo dije, sin dudar porque la radio es para mí una forma de vida, una forma de ser y por tanto no pienso en otra cosa, yo pienso como hombre de radio. Me preparé para esto y pasaré mucho trabajo para poder irme de la radio porque sé que me voy a ir, no me quedan más de cinco años en la radio, aunque me siento bien pero uno debe retirarse siempre a tiempo, pero mi vida seguirá siendo la radio.





sábado, 4 de mayo de 2013

Más atrás de los micrófonos (parte I)


Armando Zaldivar. Foto del autor


Antes de conocer a Armando Zaldívar ya había escuchado de él, aun era yo un estudiante de electrónica cuando mis compañeros que hacían la práctica laboral en el laboratorio de metrología donde él  trabajaba hablaban a menudo de su destreza en la verificación de aquello inmensos y casi inútiles instrumentos de medición soviéticos.
No imaginé entonces que un tiempo después iría yo a parar a ese laboratorio para cumplir mi servicio social y que él dinámico Zaldívar sería mi mentor, en aquello de pasar corriente por dos equipos para determinar si sus parámetros estaban correctos.
Poco después cuando ya su alumno había alcanzado algo de destreza, Zaldívar en uno de sus escasos momentos enojo mandó al carajo a uno de los jefes y decidió renunciar. Le hablé a mi tío, entonces director de Radio Cadena Habana para que lo incorporara al equipo de trabajo que estaba formando. Ha llovido mucho desde entonces, pero Armando quien más que un amigo es parte de mi familia, aun sigue en esa emisora, allá, más atrás de los micrófonos, pero haciendo ver imágenes con el sonido de su experiencia y dedicación.
Por eso, para un poco recordar y enterarme de algunas cosas de su trabajo que no conocía, sostuve durante un buen rato durante mi visita a La Habana, esta conversación.


OLS: Yo se que has trabajado en la radio cubana durante más de 30 años ¿Cómo vez este medio en Cuba en la actualidad?
AZ: Yo veo la radio cubana en la actualidad más bien estancada, está falta de talento. En los años que yo empecé había mucho talento, trabajábamos con mucho amor, con mucho deseo, pero en la actualidad trabajamos por un salario y no hay amor al arte como se dice.

OLS: Cuando yo era niño y me llevaban a aquella pequeña emisora llamada Radio Marianao me fascinaba ese mundo, recuerdo a Alfredo, creo le decían “el tronco”, Tirso mi tío, Albertico y otros, trabajaban mucho allí y sin cobrar nada, se pasaban el día completo en la emisora y para ellos era como una fiesta, nunca los sentí quejarse. ¿Se mantiene aquel espíritu?
AZ: Ya te digo, hoy no se trabaja por vocación, hoy se trabaja por los “cuatro centavos” que nos pagan y por tener un trabajo, el trabajo de nosotros es un trabajo limpio, cómodo, te aprendes de memoria lo que tienes que hacer y ya, si quien te manda sabe menos que tú.

OLS: ¿Qué ha significado para ti estos más de seis lustros trabajando en la radio cubana?
AZ: Eso sí, ha significado mucho, a la radio le debo mi carrera, prácticamente es lo que he hecho más en mi vida, salvo algunos años en el laboratorio de metrología. Ahora estoy aquí, ya me falta poco, pero ha sido mi carrera, ha sido mi vida, además yo sí he estado por vocación pues lo que he hecho durante todos estos años me ha gustado, he aprendido, me capacité y ayudé a muchísima gente. Hoy estoy tranquilo, me siento cómodo trabajando en lo que realmente me gusta. Los cambios han sido para las demás gente, para mi no, yo sigo haciendo lo mismo.


OLS: En cuanto a la programación dramática, que la radio cubana ha tenido desde siempre una tremenda tradición en programas dramatizados.
AZ: Lo dramático solo se mantiene en dos lugares: Radio Progreso, que mantiene su tradición y Radio Arte que concentra toda la producción dramática para todas las emisoras del país, pero la emisora en que trabajo suspendió toda la producción de dramáticos pues se convirtió en la emisora de la música cubana. Solo transmite música y cubana, además todo lo que tenga que ver con el ámbito cultural, pero no hay nada dramático ni programas que se hacían en vivo con grupos musicales, todo eso se suspendió y solo se transmiten los nuevos discos, programas de música antigua, todavía te debes acordar de aquel programa “Recordando”, bueno eso se mantiene y se mantiene la discoteca, pero solo de música cubana, no se transmite música extranjera.

OLS: Eso debe ser por cuestión de formato, ha cambiado el formato de radio, Cadena Habana  que en realidad siempre fue una emisora musical.
AZ: Claro, la emisora musical de Cuba, que ya tiene setenta y seis años.

OLS: En verdad son muchos años, bueno ahora quiero que me digas cómo vez la música en Cuba, en especial la difusión, la música que se difunde, pero primero háblame de la música popular, cómo se maneja todo esto del reguetón, la salsa…
AZ: Mira, yo te puedo decir a ti que…que sucede, antes existían bien definidos los productores musicales de la radio, los que producían la música, hoy no hay productores, es por la libre, la pone cualquiera sin tener conocimientos de qué cosa es una curva de interés, sin saber los por cientos musicales, sin tener en cuanta a qué publico va dirigido, horario y esas cosas que tú debes conocer, hoy cualquiera pone música, pero cualquier música, da lo mismo poner un reguetón a las cinco de la mañana que poner a Adalberto Álvarez y su Son a las 12 del día, da lo mismo, no le importa a nadie, lo popular es lo que se está poniendo sin importar la calidad.

OLS: ¿Eso responde a cuestiones económicas o…?
AZ: Bueno, eso también se filtra, eso se filtra mucho porque…mi hermano, la necesidad es la necesidad y si tú vas a contribuir con una gente que te va a servir un poco y te va a ayudar…bueno entonces quien tenga la posibilidad lo hace, no está exento, aquí no estamos exentos de esas cosas tampoco.


OLS: Cuéntame eso de que fuiste el primero en musicalizar un juego de pelota.
AZ: Ná eso es sencillo, yo era operador de cabina donde se transmitía beisbol, la emisora transmitía la pelota como único deporte, solo transmitía ese, del antiguo equipo de provincia Habana con la anterior división político administrativa y yo era el operador en la cabina, pero un juego de pelota por radio, con esos dos señores narrando la pelota, que muchas veces decían hasta mentira porque se le pasaba la jugada y la inventaban, aquello era muy aburrido. Un juego dura tres horas, tres horas y pico, a veces más y nada, entonces me dije: - yo tengo que inventar algo para no perder el tiempo aquí y fui incluyéndole pequeños efectos, pequeñas cosas, “continitas” por aquí, “efecticos” por allá. Aquello se oyó, parece que gustó y se convirtió en una institución, durante mucho tiempo fuimos solo nosotros quien lo hicimos pero luego se regó por todo el país como pólvora y ya eso está instituido en el país, todas las emisoras que transmiten deportes y sobre todo pelota, hay que transmitirla con música. Yo tuve la posibilidad, o no sé, de ser el primero, además está reconocido, por eso me han dado premios, me han dado reconocimientos que fui el primero que lo hice, eso donde único se hace es en Cuba, no se hace en ninguna otra parte del mundo, por lo tanto parece que fue el primero en el mundo.

OLS: En la radio los narradores deportivos tiene que hacer ver a los oyentes, ya sea un juego de beisbol, una pelea de boxeo. En la actualidad cómo vez la nueva generación de narradores, imagínate nosotros tenemos tremenda tradición en eso como Felo Ramírez, Eddy Martin, Bobby Salamanca, Héctor Rodríguez…
AZ: En la televisión se mantiene más o menos a pesar de que ha sufrido cambios bruscos, Héctor murió, murió Eddy Martin quienes eran la pareja de siempre, que eran los más capacitados, qué pasa en la radio, en la actualidad la pelota no vale la pena ni oírla, por ejemplo yo la veo por televisión y le quito el audio, con solo verla la entiendo, no me interesan los chismes porque cuando Eddy Martin hablaba uno se capacitaba, se informaba, pero ahora no informan, se pasan hablando de la velocidad del pitcher y la jugada se le va, por tanto parece que la escuela de narración deportiva que existe en Cuba ha decaído bastante, además la máxima de la narración deportiva es la imparcialidad, de quien sea, aunque tú narres para tu provincia tienes que ser imparcial, hoy eso no se ve, la imparcialidad está ahí a flor de piel, entonces  nada, no creo que esté como antes.

OLS: ¿Voces y locutores? ¿Cómo entiendes que están las voces y los locutores en la actualidad?
AZ: Mira hay una corriente nueva, aquí en este país, no sé en otro, no conozco, pero en Cuba hay una corriente que lo que hace falta es comunicar, transmitir, tu voz, tu color de voz no importa, lo que importa es comunicar. Yo me acuerdo de locutores de cuando yo empecé que eran estrellas, mira todavía anda por ahí cantando Jorge Sosa, además Garrido, y te estoy hablando de los que trabajaban conmigo pero aquí en este país había tremenda cantidad de locutores buenísimos, hoy todos dicen lo mismo, todos hablan igual, todo mientras más rápido hablen mejor y en la radio no se comunica hablando rápido, se comunica hablando bien y es lo que no sucede en estos momentos.