lunes, 11 de febrero de 2013

Las tristezas de un Marianao Alegre


Fotografía de autor desconocido. Luis García Oviedo sentado a la izquierda vistiendo de negro, a su lado Baldomero Acosta, general de la Guerra de Independencia de 1895

Hubo una vez  en Cuba una revolución (entre otras), fue en el año 1933, el pueblo se levantó contra el general Gerardo Machado, quien además de gobernar con mano dura intentaba prorrogar sus poderes como presidente más allá del periodo por el cual había sido elegido. Aquella revolución, que como dijera el intelectual Raúl Roa “se fue a volina”, siempre nos ha llegado a través de imágenes en blanco y negro, sin sonido ambiente y con cierta desincronización de la velocidad que ocurren las cosas en la pantalla con respecto a lo que pasó en la realidad, propio de la tecnología de entonces.  Grupos de personas  golpeando con mandarrias un monumento al “Asno con garras”, como llamó el escritor Rubén Martínez Villena al dictador, otros saqueando y destruyendo cuanto encontraban a su paso incluyendo servidores del derrocado régimen, como consecuencia de la violencia  desatada.
Una visión más directa y que mi imaginación ha llevado como otra imagen cinematográfica más, fue la que me contó mi abuela. Según su relato, turbas enardecidas invadieron el negocio familiar de su cuñado Luis García Oviedo,  la imprenta y librería "Marianao Alegre". Relataba con lujo de detalles como varias personas sacaron el piano de la vivienda donde también estaba la imprenta y lo hicieron rodar por la Calzada Real de Marianao.  Una parte de  la turba huyó con todo lo que pudieron robar, otros disfrazados con la ropa saqueada se paseaban vociferando y golpeando las teclas hasta destruir el instrumento musical.
Pero Luis García, a quien sus familiares llamaban  Pipo, no se sintió derrotado y reconstruyó su empresa haciéndola crecer aun más alto de lo que estaba antes del saqueo. 
Todo marchó bien hasta aquel día  de los años 60 en que decretaron su "nacionalización".  Un implacable guinche atrajo hasta un camión adonde fueron llevados con destino desconocido maquinas, tipos, mostradores, escritorios, cajas de libros y todo lo que pudiera llevarse, aunque sin la algarabía de 3 décadas antes. Aquel día sí se acabó la imprenta y no sé a ciencia cierta si aquella expropiación fue peor que la furiosa tarde de agosto de 1933.
Los únicos recuerdos materiales que nos dejó la imprenta fueron unas decenas de libros que logró rescatar la familia del desastre y unos sacos de yute que contenían aquellos "tipos" en plomo, algo que  los niños de la casa no entendíamos qué era aquello con letras al revés y que por su fácil fusión derretíamos en un fuego simple.
Hace poco tiempo mi primo Lalo Amores (nieto de Luis) nos hizo llegar la foto que ilustra este post, una foto llena de historia sin dudas y más por el escrito de quien la encontró, cuya imagen también aparece a continuación. 
Algo más que un recuerdo de familia,  es un recuerdo de cuanto nos han costado y aun nos cuestan los dictadores, los caudillos y hasta las revoluciones para derrocarlos. Un recuerdo imborrable de cómo la alegría puede convertirse en tristeza sin importar las vías por dónde se propicie el golpe.



Transcripción del texto:  Esta fotografía fue recogida de la calle donde fue botada, por los que instigados por  una plebe dirigida por cierta persona por venganzas personales, saquearon y lanzaron a la calle todas las pertenencias de muebles de la imprenta que estaba situada en en el mismo edificio cuyo nombre "era Marianao Alegre" y su propietario Luis García Oviedo, persona esta respetada y considerada por todo el pueblo de Marianao, que residía en la misma con su familia, esposa,  hijas e hijos, que no tenía ningún vinculo con Machado, y que repito, por venganza personal o envidia se le hizo esta agresión salvaje.

Solo puedo recordar alguno de los nombres de los que en esta se encuentran retratados.

Luis García Oviedo, Pepe Fariñas (alcalde de Marianao), Baldomero Acosta (ex alcalde), Estanislao Mansippe (Jefe de policía), Jesús Monrón, Toni Callvez, Felo Navarrete, Manolo García, el abogado Medina, Neno González, Cirilo, Herrera Marquez, Rogelio Palenzuela, Julio Fariñas.

Los demás no recuerdo sus nombres.

Esta fotografía parece haber sido tomada con años de anterioridad a la caída de Machado, ya que a la caída de este el jefe de policía Manssipe había fallecido en un atentado junto al capitán del ejercito Echenique.

He conservado en mi poder por espacio de 46 años y pico esta que hoy día 7 de enero de 1980, he querido dedicar a los hijos de Luis García Oviedo, haciendo entrega de la misma

Marianao, 7 de enero de 1980

Ulfrido de Armas Quintero.