sábado, 7 de mayo de 2011

ROJOS TEJADOS

Anoche, me preguntaban cuándo saldría a la luz mi novela “Sobre los rojos tejados de Santa Cruz”, respondí que decidí hacer otra revisión, no quedé convencido de la forma de expresarse de los personajes que creé según su lugar de origen en este inmenso, hermoso y multicultural país. Afortunadamente ya algunos amigos de diferentes regiones la están leyendo y corrigiendo, así que en poco tiempo va  a estar terminada. La forma de expresarse de collas, cambas, chapacos y otros, así como la mezcla de todos, ese mestizaje o ajiaco como lo denominó Alejo Carpentier va estar expuesta con todo el respeto que se merece la gente de esta tierra.
De todas formas,  aunque no haya salido a la luz algo se escapa por las rendijas del tejado de este blog, y a forma de adelanto aquí les dejo un fragmento:


La saludó formalmente y se sentó antes que ella lo invitara tomando un aire de superioridad.
-        Doña Sonya, usted ya debe haber oído hablar de mí pero de todos modos me presento, Don Choco Parada para servirle.
Extendió su mano blanca y fina con las uñas bien arregladas y pintadas de esmalte tranparente, en el dedo anular  apreció la enorme sortija de oro que brillaba igual que uno de sus dientes también del precioso metal.
-        Un gusto  -  respondió ella alerta - ¿a qué se debe su visita?
-        Iré al grano, usted debe saber que yo soy un emprendedor hombre de negocios y quiero ayudarla en lo de la organización del Miss Orient´s Queen, ósea aportar plata pero sin ganar nada, tómelo como una simple contribución a la “cultura” cruceña.
Doña Sonya se extrañó, le pareció inaudito ese altruismo de Don Choco conocido por no invertir un peso sin obtener ganancia, su mente ágil empezó a funcionar dándose cuenta que al final siempre querría algo incluso mayor que el dinero.
-        Muy interesante su oferta, pero yo no soy quien tiene todo el poder del Orient´s Queen, hay más personas que participan.
-        No me la charle Doña Sonya, todo el mundo sabe que es usted quien decide qué se hace y que no, acepte mi oferta yo lo único que quiero es que el evento resalte, que no escatime en gasto, al final gana Santa Cruz y ganamos todos, solo me tiene que decir la cantidad y le mando el cheque rapidingo.
La mujer sintió temor, conocía la fama de aquel sujeto y las consecuencias que podría traerle no aceptar aquella generosa oferta, pensó rápido y para salir de dudas le dijo.
-        Me va a perdonar Don Choco pero detrás de su propuesta ¿hay ningún otro interés?
-        Querida doñita, solo un favorcingo es lo que quiero, que me deje participar en la selección del jurado y le aseguro que en eso tenemos el mismo interés.



No hay comentarios:

Publicar un comentario