Armando Zaldivar. Foto del autor |
Continuación y final de la conversación sostenida con el artísta de la radio cubana, Armando Zaldivar
OLS: Yo soy de los que
pienso que en la radio actual no hay que tener una buena voz para comunicarse,
eso sí hablar bien y te pongo el ejemplo de Camilo Egaña quien en la radio
cubana tuvo que ver mucho en eso, también Aldo Ramírez Calderón, eterno locutor
de Cadena Habana quien tenía una voz como algunos decían “antiradial” pero llegaba al público.
AZ: Si, además de Camilo
había un locutor que era hombre-radio, que hacía de todo en Radio Progreso,
trabajaban él y su hijo y se fueron a vivir a otro país, en realidad no me acuerdo
de su nombre pero él era ese comunicador, tenía excelente voz que sabía
colocarla, tenía técnica radial, comunicaba de verdad, porque lo que hacía era
conversar con el micrófono como si tuviera una persona delante, no gritaba, no
chillaba, no hacía esas cosas que hoy están muy de moda.
OLS: …en el mundo.
AZ: Si en el mundo y que
al final eso no es comunicar, comunicar es llegar a la gente, enseñarles,
llevarle tu mensaje, pero que le lleve bien, no que le llegue distorsionado,
mal dicho. Hoy para decir cualquier cosa lo hacen con palabras de la calle,
chabacano para tratar de comunica, para tratar de estar más cerca o ser igual,
pero así no enseñamos a la gente.
OLS: En tu profesión ¿qué
nostalgias tienes?
AZ: Muchísimas, sobre
todo de forma de trabajar, de formas de organizar, de programas que ya no salen
al aire y de compañeros, de compañeros unos que se han ido de Cuba, otros que
han muerto, otros que han dejado la profesión, porque realmente la profesión
económicamente no da y se tienen que buscar la vida de otra forma, yo no he
dejado la profesión, pero te confieso que he estado a punto de hacerlo, no la he
dejado porque sencillamente me es difícil, me es muy duro dejarla. Pero muchos
se han ido, el turismo ha arrastrado mucha gente. Muchos se han ido a animar
espectáculos, otros que tienen como yo trabajar en sonido, se han ido con
orquestas, en cabarets, en centros nocturnos donde la remuneración es mucho mayor,
porque en la radio no es buena y los que nos quedamos lo hacemos por vocación.
OLS: Tú que has
transitado desde la cinta magnetofónica a la computadora, dime ¿cómo vez la
calidad desde el punto de vista tecnológico?
AZ: Decir que la calidad
ha disminuido es negar la ciencia, es negar lo nuevo, por ejemplo, los discos
de pasta tenían mucha calidad, pero la calidad estaba dada por el hombre, el
hombre es el máximo responsable de la calidad, pero hoy está dada sobre todo por
el equipo y hay quienes le dejan todo al equipo, aunque antes el hombre tenía
más conocimiento de lo que hacía y hasta más amor propio. Hoy estamos muy
cómodos pero muy deshumanizados, le dejamos todo a la tecnología, al equipo que
si no tiene un hombre quien lo dirija no trabaja bien, si no le das la
información exacta la que requiere no lo hace bien y eso es lo que sucede. Hoy
transmitimos en FM, transmitimos estéreo, en veinte formatos pero al final la
calidad no está dada por eso solo, está dada por muchas otras cosas, la radio
es una cadena desde que se escribe un libreto hasta que salga al aire y la
calidad tiene que venir de nosotros, los artistas del sonido que damos formas a
lo que concibió un escritor, y si la forma, el acabado no está bien, no sale
bueno el programa al destinatario.
OLS: El efectista de
sonido, ese que hacía el trote de los caballos, cuando se abre una puerta, ese
mago diría yo, ¿sigue existiendo en la radio?
AZ: Sigue existiendo,
independientemente que hoy digitalmente esos efectos se pueden fabricar…pero no
es lo mismo.
OLS: Claro que no es lo
mismo, porque por ejemplo si el caballo aminora la marcha, el efectista puede
hacer que eso parezca, pero la computadora no lo puede hacer exactamente.
AZ: La computadora la
deforma, por lo tanto el hombre sigue siendo el ente principal a la hora de un
programa dramatizado, es como la musicalización, el grabador puede musicalizar
porque yo lo hago, pero si tienes un musicalizador capacitado es mucho mejor, pasa
lo mismo que con el efecto, ese efecto acústico fabricado in sltu es más real,
se le pone más corazón y sale más natural.
OLS: De verdad que había
que tener amor a su profesión en plena
época del llamado Periodo Especial en los años noventa para ir de Guanabo a
Marianao, recorriendo casi toda la provincia apenas sin transporte púbico, para
ir a trabajar.
AZ: Imagínate que yo me
levantaba en Guanabo a las cuatro de la madrugada para “guapear una guagua”,
una no, la primera porque tenía que coger dos hasta Marianao y después terminar
allá cuando pudiera ya que en esa época no había horario en las emisoras, tú
entrabas pero no sabías cuando salías, de todas formas hacíamos las cosas con
tanto amor que si terminábamos de trabajar en cabina y nos mandaban para
edición allí íbamos, de ahí te ibas al informativo, después a grabación y así,
o te decían dale para el carro de control remoto y te mandaban para Bejucal,
adonde fuera. Pero me las arreglaba, cuando uno hace las cosas porque le gusta
lo hace.
OLS: Te confieso que
aquella vez que te pusiste bravo en el laboratorio de metrología y le hablé a
Tirso para que te pusiera a trabajar a
Cadena Habana, pensé que solo ibas a estar un tiempo y buscar otro trabajo, que
aquello no era lo tuyo, pero por suerte me equivoqué.
AZ: Te debo a ti y a
Tirso, tu tío el estar hoy aquí, el estar hoy en la radio, ustedes me abrieron
el camino y yo lo caminé, he llegado hasta aquí, treinta y cuatro años creo que
tengo en esto ya.
OLS: Aun así con todos
estos problemas de diferentes tipos, dificultades económicas etc., si tuvieras
ahora veinte años ¿a qué te dedicarías?
AZ: A la radio, sin
pensarlo, así como te lo dije, sin dudar porque la radio es para mí una forma
de vida, una forma de ser y por tanto no pienso en otra cosa, yo pienso como
hombre de radio. Me preparé para esto y pasaré mucho trabajo para poder irme de
la radio porque sé que me voy a ir, no me quedan más de cinco años en la radio,
aunque me siento bien pero uno debe retirarse siempre a tiempo, pero mi vida seguirá
siendo la radio.
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