miércoles, 22 de agosto de 2012

Nubes

Fotos Dr. Carlos Bravo y el autor

Cuando ni leer sabía, mi madre antes de dormir, o mejor dicho para dormirme, me leía un cuento, era una hermosa costumbre de aquella época que nos llevó a muchos por los caminos de la curiosidad y el saber .
A pesar de que ya había televisión desde mucho tiempo antes, aquella tradición continuaba en muchas de nuestras casas. Nunca olvidaré que una de aquellas lecturas nocturnas versaba acerca de dos niños que se acostaban en la yerba a observar las nubes, cada uno de ellos las veía transformando sus formas y así, según sugería su imaginación, observaban  lo que añoraban ver.
Al día siguiente, al llegar de la escuela los imité, y aquellas blancas nubes que contemplaba  acostado en el traspatio de la casa, a riesgo de que me pasara una lagartija por encima, se me iban convirtiendo en todo aquello que mi infantil mente inventaba. Tal vez por eso siempre me ha gustado observar las nubes, siempre me dicen algo y sobre todo algo que quiero que me digan.
No he sido meteorólogo pero si he estado muy cerca de ellos pudiendo apreciar la tremenda capacidad y pasión que  tienen muchos para la observación y clasificación de las nubes, incluso sin tener que mirar la tabla que los puede ayudar. Es común visitar una de las tantas estaciones de observación meteorológica en cualquier alejado rincón de Cuba y ver asombrados como los observadores meteorológicos, a simple vista, miran al cielo murmurando triunfalmente mientras anotan: - estratocúmulo, cirro estrato - o ponen cara grave asegurando - ¡ oh, cumilos nimbos ! -  presagiando un aguacero que inevitablemente se viene encima.
Me motivó a escribir sobre nubes  un mensaje que recibí recientemente de una muy especial amiga, me hizo recordar mi relación con las nubes, como en mi ya lejana adolescencia escribí un poema a una nube o como me impresionaron las nubes de Santa Cruz de la Sierra. Por eso le sugiero que cuando se sientan solos o solas miren a las nubes, no le darán respuesta a sus inquietudes o problemas pero podrán moldear con su imaginación todo aquello que deseen ver.






2 comentarios:

  1. Hay que mirar a las nubes y así haces ejercicio con el cuello..muy bello el trabajo.

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  2. Siempre es bueno recordarle a uno que mire al cielo. Nos vamos olvidando. También es bueno mirarlo por las noches.
    Un abrazo.
    José Ramón

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