domingo, 13 de mayo de 2012

MINERO (final)

Centro comercial
La gente de aquí tiene una característica, es imposible entender su procedencia social, puedes encontrar una chola ventera en el mercado quien a su vez es propietaria de una flota de camiones. Hace poco  vi en el micro que me llevaba a Montero un hombre que iba de pie para no pagar el pasaje y contaba al chofer que había vendido dos micros, cada uno en 30000 dólares para comprar tractores que le reportaban más, por eso me aconsejaron y así lo hice, borrar lo referente a clase social en la encuesta que estoy haciendo, eso aquí se pierde y recuerdo a uno de los que rodea el séquito del candidato quien anda en una moto desvencijada y con collares de churre alrededor de su cuello, sin embargo cuando hace falta dinero lo veo sacar de su billetera montones de dólares.
En mi frecuente andar por el pueblo he podido apreciar que consta de una calle principal asfaltada y muchas secundarias a pura tierra, hay varios barrios y aunque parezca pequeño, lo he caminado bastante y no lo es tanto. Di un recorrido con una de las chicas encargadas de hacer encuestas por las siempre eternas calles de tierra, cada vez que pasaba un auto, camión o tractor nos bañaba de polvo. Nos trataron muy bien y vimos tremendos contrastes en cuanto a viviendas, había algunas de lujo y otras muy humildes, encontré otras muy bonitas y me dijeron que eran de un plan de gobierno que la hacían, pagaban mensualmente 30 dólares, hasta que fueran suyas, me llamó la atención de que había un trazado casi lógico de las viviendas y servicio de alumbrado público, también por tuberías del acueducto con metros contadores y todo.
El parque o la Plaza como le llaman es el centro de la localidad, está recién construido y es muy confortable, se puede uno sentar y tomar sombra. El sábado fui allí a supervisar un spot que le estaban haciendo al candidato, al terminar me quedé conversando con el realizador, un joven medio despistado  de Santa Cruz, de esos de espejuelos grandes, lo primero que hizo fue dejar e bolso de la cámara en un asiento y de milagro no lo perdió, después salí a buscar una cabina telefónica, pero en ninguna me aceptaban dólares, me senté en la Plaza a esperar que abriera el banco que nunca abrió y mientras disfrutaba de la sombra sentí que frente a mí, un grupo de personas que parecían indígenas, espantaban burlonamente algo, miré y vi a un animal escapar entre las ramas de un árbol a otro, creo que era un mono. Un perezoso se desplazaba lentamente por la corteza del árbol que quedaba frente a mi quien sorprendido lo observaba y los transeúntes me miraban como burlones por mi curiosidad. Ya en eso de encontrar animales que solo había visto en documentales me tengo que acostumbrar y más en aquel lugar, el día anterior por poco me sube por el pantalón una enorme y distraída lagartija que me llenó de terror, aunque más nerviosa se puso ella. También vi unas aves llenas de colores y adornadas con una corona en su cabeza que gritaban más desafinadas que los silbatos de los pacos (policías), y tuve el temor de pasar por la vergüenza de que alguna me dejara caer sus excrementos, motivo por el cual no las perdí de vista.
Esto de diferentes etnias es curioso para mí, aun no puedo distinguir su procedencencia aunque me esmero en hacerlo pues es importante para el trabajo que realizo. Se nota que muchos son indígenas aunque vistan jeans, usen gorras de los Yanques de New York y escuchen a Julio Iglesias.
Fui a una entrevista en la radio (no la del que me referí anteriormente, sino a un cuarto con un micrófono y una computadora donde nos sentaron a una mesa) al candidato a mi me hicieron algunas preguntas, pocas, él mostró una gran experiencia política, es un verdadero camajan, llamaban por teléfono para hacer difíciles preguntas, pero se batió bien. A la salida y no sé cómo había una multitud de gente esperándolo, lo felicitaban y a mí también, tiraron cohetes y si no hubiera sido porque ya conozco esas costumbres, me hubiera asustado pensando que nos disparaban, nos aclamaron como si hubiéramos ganado una gran batalla y estuvimos casi una hora fuera de la emisora hablando con la gente, luego fuimos para la casa adonde nos esperaba un plato de comida con exagerada cantidad de trozos de carne, como acostumbran a comer, ya allí más que visita soy como de la familia, las empleadas me malcrían y solo piensan en llenarme la panza y darme refrescos de distintos sabores uno tras otro.
Creo que la campaña política rompe el tedio del pueblo, sobre todo en las tardes. A veces camino por la calle del mercado, parece que el tiempo allí está estático, no transcurre. Pienso que esas calles, los puestos con sus venteras vestidas de igual forma, están allí desde hace cientos de años, no les hablo aunque quisiera tocarlas para ver si es realidad y no estoy soñando.
Al final de la tarde siempre regreso, apurado, con temor de que no salgan los trufis y me quede varado en el tiempo. Así es mi estancia en Minero, si alguien llega a ese lugar dentro de 200 años imagino que  verá lo mismo.


La calle del mercado

Sueño en la tarde
Oferta y demanda

Debate entre candidatos. Inauguración de la señal local de televisión

En campaña política
Mujer partidísta

Fotos del autor



1 comentario:

  1. Oiga mi hermano, no es necesario ir allí, para saber exactamente como es aquello. Qué bien sabes describir las cosas chico! Como cuentas diversas cosas que ocurren todas al unísono. Por si fuera poco, tus fotos siempre tan realistas. Me has recordado a Galdós, sólo que él no sabía nada de fotografía, aunque con tus descripciones, tampoco las necesitarías. Salu2 del 4º bate

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