jueves, 18 de diciembre de 2014

Un diciembre muy diferente


Este diciembre se perfilaba como tantos otros, alegre, en preparativos para viajes, reencuentro con familiares y amigos, pero un diciembre en fin, con lluvia en Santa Cruz de la Sierra y una hendija de frío en La Habana. Todo parecía que sería igual al de tantos años. Pero llegó el 17 de diciembre, exactamente la mañana, esa mañana cuando muchos regresaban de cumplir sus promesas a San Lázaro, después de una extensa caminata al santuario de El Rincón, que cayó la nada esperada noticia: Cuba y los Estados Unidos restablecen relaciones diplomáticas, se dan la mano de forma oficial, hasta se abrazan y ríen como nunca debieron dejarlo de hacerlo. No me cuesta decir que aunque muchas veces nos indujeron a decir hermano, o tobarich, el que de verdad siempre salió con toda sinceridad de la boca del cubano fue el “brother”, dicho así como lo suelta un negro del Bronx, tal vez cuando pedía a Chano Pozo que repitiera su antológica “Manteca”. Nadie puede cuestionar el significado de la palabra Yuma para un cubano, empezó para referirse a un ciudadano americano o a su país y hoy en día es sinónimo de todo lo que sea bueno. Ahora que somos amigos debemos reflexionar sobre esa amistad y como amigos de verdad, amigos de siempre y para siempre respetarnos mutuamente, colaborar y dejar a un lado las rencillas tantas veces impuestas por pocos en ambos bandos, lo que seguramente dejará sin trabajo a unos cuantos, pero que pondrá en muchos sonrisa de costa a costa en ambas orillas. Apenas han pasado 24 horas del notición y ya aparecen algunos de los que se decían amigos a reprocharnos con un: – y nosotros que nos peleamos con ellos por seguirlo a ustedes y ahora son amigos...- o aquellos intransigentes que protestan la decisión, como es su derecho, y aquellos otros que no les hizo mucha gracia pero sienten el miedo de decirlo o simplemente aun no tienen el derecho de expresarse como los primeros. Nos queda mucho por delante, mucho que sumar en esta nueva etapa de la vida de todos los cubanos y me preguntó qué haremos sin enemigo con tanto ejercito, tanta inteligencia, tanta vigilancia, tanta consigna…por ahí están algunas de las pocas cosas que hay que restar, lo demás es adicionar voluntades y corazones a partir de este diciembre tan diferente.

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