sábado, 24 de diciembre de 2011

"Del Amor a Waterloo, sin Agua y sin Lú"

por Carlos Molina Soto

Llevando ya 31 años en España más 5 en Rusia, yo ya tenía que estar acostumbrado, más que adaptado a estas celebraciones navideñas. Sin embargo, no puedo evitar sentirme raro. Por un lado me da alegría, ya que me acuerdo de mi más tierna infancia, esa mezcla de lucecitas bonitas, de todos los colores que adornaban el arbolito de Navidad, con las bombillitas de cristal, eléctricas, grandes que se encendían y apagaban intermitentemente, esas figuras guardadas ordenadamente en cajas, los turrones españoles que nunca faltaban y que eran de tres tipos siempre: el turrón de yema, el de Alicante y el que más me sigue gustando, el de Jijona. Pero esto que cuento, no habría bastado, para quedar incrustado en mi memoria, ya que la salsa que aderezaba todo este espectáculo de luces, la verdadera esencia, era el amor que aún siendo un niño se respiraba en todos los comentarios. Por ejemplo, si mi padre estaba lejos en un viaje, mi madre comentaba que esa noche, la de Noche Buena, estaríamos todos reunidos!. No se decía, pero se respiraba tanta unidad, tanto acompañamiento de aquellas personas relevantes, importantes en la vida de uno, La Familia, qué bonito, qué fácil es entender la felicidad aunque tu edad no te permita aún tener intelecto!
Nunca se bebía vino en mi casa, pero mi viejo siempre, el día 24 abría una botella de vino, de la cual sólo él bebía. Al día siguiente me acuerdo que juguetes y más juguetes, porque Santa Claus pasaba por casa mientras dormía, pero por si fuera poco, luego venían también Los Reyes!!! Yo me acuerdo como por la mañana llamaban a la puerta y allí estaba José, el padrino de mi hermano mayor, compañero y amigo de mi padre, diciéndome: "Mira lo que han dejado Los Reyes en mi casa para ustedes!!" , mientras abría el carro,  cargaba una bolsa inmensa, grande y redonda. Teníamos desde carros con pedales, hasta escopetas y pistolas de fulminante, todo tipo de carritos, monopolio, parchís, todos los juguetes que se pueda uno imaginar en aquella época, pero la esencia de todo, era ese sentimiento de armonía, de felicidad, de cosas bonitas, de acostarte por la noche y sentir que después de cerrar los ojos, el sol siempre aparecería adornado con una nueva sorpresa o algún misterioso motivo para hacerte sonreir de nuevo. La Navidad y estas fiestas eran la etapa de mi vida en que más recuerdo haber soñado! 
Creo que tenía yo 6 años cuando la fiesta se transformó en que no había fiesta. Yo preguntaba por el árbol a mi madre y ella no me decía nada o yo al menos no recuerdo qué me decía. Mi hermano mayor estaba alfabetizando y no iba a venir en Navidad, no había turrón y el único recuerdo español que quedaba en casa era una lata grande de cinco litros,  que ya del aceite sólo tenía el olor, con una española dibujada por fuera y que años más tarde seguiría en el mismo sitio como un recuerdo de "cuando habían cosas de la yuma" o como irónicamente solía decir mi padre: "de los tiempos de los malos".
Mi padre no estaba tampoco porque le tocó irse a un campamento por Camaguey y encima iría a ver a mi hermano que estaba alfabetizando a unos guajiros. La "sociedad", las ... labores sociales, venían a j. el espíritu navideño y todo aquel ambiento lindo. Por si fuera poco, omito aquí recordar como eso llamado "sagrados deberes sociales", se introducía dentro de mi propia casa, sembrando la desunión, la falta de respeto. Cuantas cosas se ignoran siendo un niño!! 
Años más tarde supe, siendo un adulto, que nada de esto sucedía por casualidad. Ya Federico Engels en el libro "El origen de la propiedad privada, la familia y el estado", señalaba que había que Destruir 3 pilares fundamentales en los que se fundamentaba el capitalismo: "La familia, la propiedad privada y el estado". Así que mi familia, por qué iba a escapar? Por qué había que permitir unas fiestas, donde se fomentaba el amor entre todas las personas, la familia unida, etc, etc. Esto no lo podía tolerar el nuevo régimen. 
La última estocada, tardó unos años, pero nos vino, o al menos yo la recuerdo estando en una "escuela al campo". Explico a quienes no son cubanos que la escuela al campo consistía en que estando en la secundaria básica, teníamos que ir "voluntariamente" 45 días o 60 días a las labores agrícolas en el campo en régimen interno, para "levantar la revolución". Por supuesto que era "voluntario", ya que si no ibas quedabas "sucio" para estudios futuros, etc.
Aquel año recuerdo que me tocó por Artemisa a unos 50 km de la Habana en un campamento llamado Waterloo. Fíjense cómo era aquello que mis compañeros solían bromear diciendo: "Waterloo, sin agua y sin lúu". Recuerdo que aquel año nos tocaba estar 60 días pero como habíamos comenzado a principios de octubre, todos teníamos la ilusión, de que aunque  estaban oficiosamente mal vistas las navidades y hasta casi prohibidas, más o menos la gente procuraba a nivel familiar, discretamente seguirse reuniendo y teniendo esa cena de noche buena, aunque no hubiera lechón ni los añorados turrones españoles de jijona, alicante y de yema. Dábamos ya por sentado que nos soltarían el día 23 y de repente nos reunen a todos en la explanada. Allí mi amigo Mario el Gordo bajito me pronosticó: "Ya verás cómo nos han jodido la Noche Buena". Qué razón tenía Mario! Aquel hombre era un profesor de historia de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme. De lo que sí me acuerdo era de su vehemencia, por no decir fanatismo. Nos contaba cómo nosotros los marxistas o materialistas dialécticos, tenemos una visión del mundo CIENTÍFICA O MATERIALISTA y que toda esa mariconada de la Navidad, llena de mentiras, no es más que producto de supercherías y de una visión fantasiosa de la realidad que para nada ayuda al hombre, ya que según Vladimir Ilích Lenin (qué comemierdas los cursis con el Ilích)"La religión era el opio de los pueblos"...El intelecto al servicio del odio, eso era lo que destilaba o nos pretendía inocular. El odio como herramienta manipuladora. Su misión era convencernos de que la Navidad era una fiesta de "Los Explotadores", de "Los Burgueses" de "aquellos que ya no volverán" de "los yanquis" en resumen la Navidad era una costumbre DEL MAL. QUIEN SE ATREVÍA A LEVANTAR LA MANO Y DECIRLE QUE NO? Quien quiere ir a la hoguera??
Son muchas más las impresiones y recuerdos que tengo de esta fecha, tal vez incluso traumáticas. Tal vez por esto mismo, soy feliz pensando que mis hijos no saben nada de Vladímir Ilích, ni de "Materialismo y Empiriocriticismo" o como digo yo "Materialismo y EmpirioIdioticismo". Por todo esto qué risa me da oir ciertos lenguajes pseudo "progresistas" hablándome o queriéndome a mi descubrir el Mediterráneo a estas alturas. Como uno que me vino a hablar de Bakunin y de Trotski. El odio siempre se quiere vestir de modernidad, pero es viejo y ya está cansado y la gente sobre todo está ya cansada de esa antigua lengua. Que viva el Amor, La Libertad y El Amor y La Libertad!! Un abrazo a todos y FELIZ NAVIDAD!!! Ha nacido la Esperanza, Ha Nacido El Amor.
                                           
                                                                        Madrid. 22 de Diciembre de 2011


NOTA: Aunque es la primera vez que publico un articulo del cual no soy autor esto no es casualidad. He invitado a mis amigos que lo hagan (ya lo saben todos los que no lo saben), es una forma de enriquecer este blog. Tengo la satisfacción de que el primero sea Carlos Molina, amigo desde la infancia con quien permanezco unido a pesar del tiempo y distancia, él dice que no es escritor, no le creo, su visión nostálgica de la Navidad no tienen nada que envidiar a muchas que he leído por estos días y que aunque no están lastradas por la unanimidad si tienen muchas coincidencias. Para él y para todas las personas que nos leen aprovecho para desearles una  FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2012

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