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Las respuestas a las que quiero referirme tal vez fueron soberbias pero en ese caso quisiera agregar que fue soberbiamente justificado, porque cuando se habla de la educación en nuestras tierras de América no se puede andar con paños tibios, hay que ser soberbio si es necesario, porque en ese tema se juega el futuro de las nuevas generaciones, el futuro de esta parte del mundo.
Se refirió sin miramientos a la suspensión de 14 universidades ecuatorianas y 8 más quedaron pendientes de una nueva evaluación que si no la aprueban pudiera significar el cierre de esos centros educativos, además opinó con un fuerte matiz de critica sobre la llamada educación a distancia, acercándome bien a su criterio.
No comparto algunas políticas del presidente Rafael Correa en otros temas, pero en este estoy de acuerdo 100%. La educación no puede ser un negocio, no es posible ver al estudiante como un cliente que paga y a cambio "se le da conocimientos", eso lamentablemente es lo que aprecio cotidianamente en esta ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde las universidades florecen como la verdolaga.
Ya perdí la cuenta de cuántas hay pero están cerca de las 30, si no me quedo corto. La calidad, lo digo por experiencia a cuenta y riesgo, es mala. Con el crecimiento meteórico de estos centros de educación superior la competencia que tristemente hay que aceptar llamar así es mayor, los costos de las matriculas han disminuido con eso de la oferta y la demanda, trayendo como consecuencia que los salarios de los docentes fluctúen entre ínfimo, ridículo y miserable, derivando que los más capacitados se sientan solamente motivados por el fantasma del desempleo y en ocasiones sus clases no estén a su altura, lo que desapruebo pues entiendo que si asumimos esa responsabilidad por mal pagados que estemos siempre tratemos de hacerlo mejor. La otra arista es la peor, la demanda de profesores hace que se contrate a profesionales mal capacitados, con escasa vocación y muy baja preparación, muchos de ellos graduados de las mismas universidades en cuestión.
Es mi opinión que hay que amarrar la fiera con la misma correa, hay que implementar leyes verdaderas, no comprometidas y sobre todo que se cumplan, certificar a las universidades privadas y autónomas para que las que no reúnan los requisitos exigidos sigan el ejemplo de sus mediocres compinches ecuatorianas.
Es necesario evaluar a docentes y alumnos y de esa forma valorar la presencia o no de tantas universidades, sin politizarse. Es un asunto que atañe más allá de izquierdas y derechas al futuro de nuestras naciones, necesitamos universidades que enseñen a crear no a vender materia prima y comprar baratijas chinas o de otros países para luego agregarle un valor a partir de intermediarios, y haciendo creer el cuento del crecimiento económico. Eso solo se puede enseñar en una universidad comprometida con el futuro, una universidad que busque la excelencia, la calidad, la formación de sus educandos, pero mientras cada cierto tiempo aparezca una nueva no se va a lograr , esto debe ser motivo de análisis y que se haga lo que haya que hacer aunque se tenga que ser sobervio para entender las razones de Correa.