Cierto presidente, quien
ya no cuenta entre los vivos, dijo en uno de sus encendidos discursos: “…los
presidentes andamos de Cumbre en Cumbre, mientras los pueblos van de abismo en
abismo”. Cuanta razón tenía y cuan sincero fue, porque mientras tuvo
oportunidad, no se perdió ni una, aun soportando que un airado monarca, ahora
abdicado, le mandara a callar.
Estas son solo anécdotas
que en cierta forma marcan nuestras realidades y henos aquí, en Santa Cruz de
la Sierra, Bolivia, con otra flamante Cumbre que en pocas horas se nos vendrá
encima.
A limpiar las calles,
sanear los mercados, patrullar la ciudad para espantar la cotidiana violencia e
inseguridad, que cargamos antes y cargaremos después de la Cumbre de los 77 +
China (sin el encumbrado chino presidente), incluso a decretar más días
feriados gracias al evento.
Y en la calle la gente
se pregunta ¿qué más se resuelve en esta Cumbre que no sea dar empleo ocasional
a camareros y fotógrafos? Porque cuando terminan las Cumbres eso es lo que nos
queda, la fotografía de los presidentes o sus delegados dándose la mano o todos
juntitos, enarbolando su mejor e hipócrita sonrisita.
Entre whisky, caviar u
otro bien caro manjar, seguro comentaran
del hambre, la pobreza, el calentamiento global, los problemas de salud,
educación, alimentación, corrupción y cuanto ción encuentren, eso sí, sin
mencionar la re-reelección tan de moda a diestra y siniestra, aunque para ser
justo, la última se nota más, a pesar de que alguno de sus promotores sea
sacado de noche y en calzoncillos del palacio de gobierno, donde pretendía
pasar el resto de su vida criticando a dictadores, monarcas y oligarcas, sin
tener en cuenta para nada el término abdicación.
Uno de los matices en
las sobremesas de esas Cumbres cotidianas, será buscar en vez de soluciones,
culpables y quién mejor que el
imperialismo yanqui, sus lacayos y aliados, tal como apuntara en otra Cumbre,
el ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
Afortunadamente esta
Cumbre de los 77 + China (sin el chino), competirá en desventaja con patadas y
silvatazos, no de los de los agentes del orden de algunos de los mandatarios
representados, sino con las canchas de la Copa Mundial de , aliviando así de
las "cadenas" radiales y televisivas, que de seguro algunos de los
mandatarios asistentes como acostumbran, impondrán en sus respectivos países,
"para que el pueblo se mantenga informado" de la tediosa reunión, en
la cual es muy probable que alguno de los presidentes o sus delegados, pretextando
un dolor de barriga y con su habilidad para culpar a otros de sus
insuficiencias, argumenten que fue a causa del majadito, la salteña o el
mocochinche y se replieguen al baño a simular la mayor cagada de su vida,
mientras disfrutan del fútbol en un minitelevisor escondido, sintiéndose mejor
allí, a pesar del mal olor, que en el salón donde sesione la Cumbre de los 77+
China (sin el chino).